Lorenzo, el pintor

Dice la leyenda que Tierra nació acompañada de un pintor llamado Lorenzo. Desde el principio de los tiempos, Tierra ha necesitado de Lorenzo para subsistir. Lorenzo calentaba y otorgaba luz y color a todo lo que Tierra hospedaba. Sin embargo… Lorenzo se aburría.

Siempre tuvo la ilusión de pintar. Pensaba que, con un pincel, haría maravillas, pero sus trazos calentaban demasiado a las plantas, se reflejaban en el mar y apenas se notaban en los animales.

Hasta que un día, una especie evolucionó… y nació el ser humano… personas, las llamaron. En ellas, las pinceladas sí que se notaban; podía, a su antojo, aclarar u oscurecer la piel de estos seres.

Pasó el tiempo y comenzó a caer en la cuenta de datos interesantes.

Había lugares de Tierra donde estaba más tiempo en el cielo, por lo que se entretenía más en pintar y sus habitantes oscurecían su piel. En otros lugares, el espacio entre el amanecer y el atardecer eran tan escaso, que no le daba tiempo de colorearlos a todos, así que daba rápidas pasadas y la piel quedaba clara. Entre el tiempo que permanecía con cada parte de Tierra, la distancia que hasta ella se desplegaba, las nubes que se asentaban en zonas constantes y otras condiciones diversas… poco a poco fue creando tonalidades… y las personas empezaron a dibujar el más bello paisaje que Tierra había imaginado.

Y no quedaba aquí la belleza, cuando las personas se desplazaban y se mezclaban entre ellas, el jardín se enriquecía y se convertía en una fusión infnita.