Un puchero por un ladrillo
– ¿Me cambias un puchero por un ladrillo? -preguntó la niña.
Su hermano reía sin entender qué le decía… ni ella misma sabía por qué lo había dicho, pero quedaron pensando…
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pUchERro o LadRillo
¿Comida o refugio?
En el país de los Vales todos vivían incluidos, pero no revueltos. Para que todo funcionara, tenían constantemente que canjear.
En algunas zonas abundaban los pucheros, de todas clases, de temperaturas variadas, con distintos ingredientes… pucheros por doquier. El puchero era el principal alimento y sostén de la economía, pero a partir del puchero, inventaron multitud de variantes alimenticias con las que sobrevivir y degustar. Sin embargo, no tenían edificios donde poder asentarse, refugiarse, montar sus negocios, vivir…
En otras zonas del país, era el ladrillo el rey. Construían muchísimo, edificios de todos los tamaños, para todos los usos… sin embargo, la poca energía que tenían sin apenas comida, hacía que el crecimiento fuera insuficiente. Entre los propios vecinos, los había de pucheros y de ladrillos.
Y sucedió… llegó el funesto amanecer en que su tenue luz solo iluminaba el vacío. Los edificios, abandonados y destruidos, no tenían a quienes albergar. No hubo consenso, jamás llegaron a un acuerdo. Los unos fueron derrotados por el hambre; los otros, por el frío…
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Y, ahora, qué… ¿me cambias un puchero por un ladrillo?
